Reforma de la Carta Magna provincial: ¿una Constitución sin pueblo?

11.05.2025

"No importa cuántas veces se diga pueblo en el articulado, si el pueblo no fue parte activa del proceso", indicó el abogado y docente universitario Juan Facundo Besson.

¿Qué clase de reforma es esa que transcurre sin cuerpos en la calle, sin discusiones espontáneas en los clubes, sin vecinos organizados, sin intelectuales interpelando, sin sindicatos movilizados, sin estudiantes preguntando?, sostiene el abogado y docente universitario Juan Facundo Besson.

La provincia de Santa Fe afronta una jornada histórica con la elección de los Convencionales Reformadores, quienes tendrán la crucial tarea de modificar 42 artículos de la Constitución Provincial, vigente desde hace más de 60 años. La inminente reforma sigue cosechando críticas y diversas hipótesis. Un paso histórico de suma importancia que se funde entre gallos y medianoche. En este paso de suma valía en torno a derechos y proyección a futuro de nuestra provincia, las organizaciones libres del pueblo han sido corridas hacia el costado más alejado de un debate sumamente edulcorado.

¿Desde cuándo una constitución puede reformarse sin creación colectiva? ¿Desde cuándo los pueblos no sienten como suya la arquitectura jurídica que organiza su destino? La respuesta está en el modo en que se diseñó este proceso: sin escucha, sin territorio, sin deseo. Por ello, no debería sorprender el bajísimo porcentaje de participación ciudadana en las últimas elecciones que catapultarían a los convencionales constituyentes.

Juan Facundo Besson es abogado laboralista, y en su visita a Catalejo brindó un pormenorizado análisis sobre lo que no dudó en definir como "Una Constitución sin pueblo". Un documento bien encuadernado, con firma de notarios y foto institucional, pero sin historia, sin conflicto, sin destino. Una Constitución sin alma. Un fantasma normativo que recorre Santa Fe sin que nadie se detenga a mirarlo.

"No importa cuántas veces se diga pueblo en el articulado, si el pueblo no fue parte activa del proceso. Y esto vale doble en un país como Argentina, donde la experiencia constitucional ha estado siempre atravesada por intensos procesos históricos, sociales y populares", indicó.

Sobre la contundencia a la hora de definir esta reforma como una Constitución sin pueblo, Juan Facundo Besson sostuvo que "el pueblo sigue ahí, mirando, desconfiando, ¿sobreviviendo? ¿Cómo pedirle a alguien que apenas llega a fin de mes que se entusiasme con una reforma que no entiende, que no le habla, que no lo convoca? ¿Cómo pedirle mística a una sociedad agotada, precarizada, insegura, aislada?"

Lo que está en juego no es un cambio técnico, sino la posibilidad misma de la democracia. "Una democracia no se sostiene solo con urnas, sino con vínculos. Con participación real, con voz, con historia compartida. Una Constitución escrita entre pocos y para pocos no es una Constitución. Es una proclama institucional", concluyó.

Todas las semanas se emite por el canal de YouTube de Conclusión un ciclo que busca acercar la realidad, para poder interpelarla profundamente. Es por ello que Catalejo, a lo largo de treinta minutos, abordará diversos temas ligados a la actualidad, cultura, salud, política, opinión e investigación, tratando de amplificar en todos los casos, un imprescindible debate.