164 femicidios en lo que va del 2025: ajuste, vaciamiento estatal y negacionismo libertario

03.09.2025

Un informe del Observatorio "Ahora Que Sí Nos Ven" revela la escalofriante cifra de un femicidio cada 36 horas en lo que va del año. En un contexto de ajuste, desmantelamiento de políticas de género y discursos negacionistas promovidos por el gobierno de Milei. 

Los números vuelven a demostrar las consecuencias de la violencia patriarcal y de la responsabilidad del Estado. Entre el 1° de enero y el 31 de agosto de 2025, 164 mujeres fueron asesinadas en Argentina por el hecho de ser mujeres. La estadística, elaborada por el Observatorio "Ahora Que Sí Nos Ven" a partir del análisis de medios gráficos y digitales de todo el país, pinta un panorama desolador: 15 femicidios solo en agosto y un promedio de una vida arrebatada cada 36 horas.

El informe subraya, además, que 133 niñas y niños se quedaron sin sus madres este año, condenados a una orfandad evitable. Aún más grave: 264 mujeres lograron sobrevivir a un intento de femicidio, escapando por segundos de un destino trágico.

Algunos datos que muestran la magnitud de la violencia:

  • En agosto se cometieron 15 femicidios.
  • Se registraron 264 intentos de femicidio.
  • El 15% de las víctimas había realizado denuncias previas.
  • 14 femicidas pertenecían a fuerzas de seguridad.
  • 133 niñxs perdieron a sus madres.
  • Negacionismo y criminalización

    Lejos de fortalecer políticas de prevención y acompañamiento, el gobierno de La Libertad Avanza eliminó programas destinados a garantizar derechos y a brindar protección a las víctimas; no solo desmantela las políticas de cuidado, sino que envía un mensaje claro: la vida de las mujeres y diversidades es prescindible. Así lo demuestra con los discursos de odio misóginos y homolesbotransfóbicos.

    La doble violencia: negar y criminalizar

    En paralelo al desmantelamiento material, el gobierno de ultraderecha avanza en una ofensiva discursiva que niega, justifica y legitima la violencia. Las acusaciones públicas contra la periodista Julieta Prandi y el feroz hostigamiento libertario que recibió en redes sociales tras la condena por abuso sexual de su exmarido son la punta de lanza de una estrategia destinada a silenciar y culpar a las víctimas. No solo se desfinancia, sino que se criminaliza a quienes se atreven a alzar la voz.

    Las mujeres en lucha: nadie se salva sola

    Frente a la violencia patriarcal, las mujeres protagonizamos importantes movilizaciones por Ni Una Menos. Tenemos que volver a las calles para denunciar los femicidios, pero también las políticas del gobierno de Milei, tanto las que respectan a la violencia de género como el vaciamiento de las políticas de atención a las personas con discapacidad, a las y los jubilados. Las mujeres tenemos una ventaja: por nuestra lucha sabemos que nadie se salva sola. Supimos construir una fuerza colectiva imparable por el derecho a decidir sobre nuestro cuerpo y fue así como conquistamos la ley de interrupción voluntaria del embarazo. Hoy somos parte de las luchas que se dan en cada hospital, cada escuela, cada barrio, buscando multiplicar la organización desde abajo, en asambleas y buscando la unidad.

    Es por eso que se vuelve urgente la pelea por un Plan de Emergencia contra la violencia machista, financiado con un impuesto a las grandes fortunas, que contemple medidas inmediatas como:

  •  Sueldo de emergencia acorde a la canasta básica para las mujeres víctimas de violencia, a cargo del Estado.
  • Refugios transitorios y plan de vivienda para acceder a alquileres o casa propia.
  • Licencias laborales pagadas.
  • Acceso gratuito a equipos de profesionales especializados en prevención y contención.
  • En el movimiento de mujeres lo repetimos con fuerza: cuando un hombre comete un femicidio, el Estado también es responsable. Por eso decimos que, con infraestructura adecuada, presupuesto real para programas de atención a las víctimas y medidas urgentes que podrían implementarse de inmediato, no se erradicaría de raíz la violencia de género, pero sí se evitaría que muchas de esas violencias escalen hasta terminar con la vida de una mujer.

    Cuando una mujer es asesinada, ya no hay vuelta atrás. Pero las víctimas no son solo las asesinadas, sino también lxs hijxs, madres, hermanas y familias que quedan marcadas para siempre, reclamando justicia.

    Frente a esta realidad, solo queda la organización. Volvemos a gritar, con más fuerza que nunca: NiUnaMenos.