Argentina, las paradojas de un país que recibe a quienes buscan refugio

"Este es el primer país en el que puedo decir que soy gay"
"Desafíos y oportunidades en Argentina para la comunidad LGBTIQ+" es el nombre del conversatorio organizado por la Asociación Civil Derechos Humanos y Diversidad y la Embajada de Canadá en Buenos Aires. Historias, preguntas y debates de quienes buscan refugio en Argentina, perseguidos por su identidad sexual.
"¿Estás seguro de que nadie me va a mirar mal con a pupera? ¿De verdad puedo salir así a la calle?", le pregunta Tolga a su amigo Mariano. Es el sábado 1° de noviembre y el emprendedor turco de 26 años, que a los 13 se escapó de la escuela a la que asistía en el Reino Unido por los ataques homofóbicos que sufría, vivió en cinco países y viajó por más de setenta, se prepara para participar en Buenos Aires -donde vive desde hace pocos meses como solicitante de refugio- de la primera Marcha del Orgullo de su vida.
"Este es el primer país en el que puedo decir que soy gay, en otros, como Turquía, las personas como yo decimos que somos bisexuales. En mi país la Marcha está prohibida, es una guerra, la policía reprime sistemáticamente", cuenta en la mañana del viernes 7 de noviembre en el conversatorio sobre "Desafíos y oportunidades en Argentina para la comunidad LGBTIQ+", organizado por la Asociación Civil Derechos Humanos y Diversidad y la Embajada de Canadá en Buenos Aires, donde el embajador Stewart Wheeler -el primero de su país abiertamente gay- integra junto a otros 27 el grupo de Diplomáticos por la Igualdad.
La Asociación, que brinda herramientas para defensores de los derechos humanos de diversidad sexual y género, trabaja en red junto a activistas y organizaciones como la canadiense Rainbow Railroad que diseña las que llaman 'rutas seguras' para que personas de la comunidad LGBTIQ+, provenientes de los alrededor de 65 países donde la orientación sexual y la identidad de género están criminalizadas y/o representan un riesgo para la vida, puedan viajar a territorios para solicitar refugio.
"Latinoamérica ha sido históricamente una región de origen de migrantes, pero en los últimos años el perfil cambió; cada vez más personas transitan aquí sus procesos migratorios. Y hoy, una de cada tres solicitudes de refugio en el mundo se realiza en América Latina. En este trayecto, Argentina no es la excepción. Somos un país históricamente receptor de migrantes, y también somos solidarios y respondemos a las obligaciones del derecho internacional. En 2022 el número de reconocimientos fue de 51 casos y hoy alcanza los 343. La Comisión Nacional de Refugiados ha hecho un trabajo muy expeditivo", explica Esteban Scuzarello, licenciado en Estudios Internacionales, integrante de la comisión directiva de la Asociación.
Para Leila, una mujer trans de 26 años nacida en Siria, donde las relaciones sexuales consensuadas entre personas del mismo sexo están penalizados con hasta tres años de prisión, y vive en Argentina como refugiada desde hace dos años, "el proceso de elegibilidad lleva tiempo por la burocracia y a partir de la desregulación del sistema de salud hubo problemas con la prepaga para acceder al tratamiento hormonal, pero aquí no he sufrido discriminación, no tengo miedo de caminar por la calle y a pesar de todo lo que está ocurriendo las leyes aún funcionan". Leila dejó su Siria natal a los 14 años con el inicio de los bombardeos del régimen de Assad y la guerra civil. No sabía entonces lo que era ser trans pero las bombas le daban miedo. Vivió en Jordania por cinco años y luego otros seis en Turquía, donde inició su transición. Con formación en ingeniería de software, como mujer trans no conseguía trabajo y sufrió ataques en las calles. "En 2021 mis amigas fueron a la Marcha del Orgullo y la policía se las llevó presas. Lo mismo le pasó a los abogados que llamamos para defenderlas. Aquí el Orgullo es muy diferente, podés marchar vestida como quieras y oliendo chorizos, no gases lacrimógenos", dice.
Desde enero de 2024 hasta octubre de este año la Asociación asistió a 1250 personas LGBTIQ+ que llegaron al país en busca de refugio, la mayor cantidad de ellas provenientes de Rusia.
"Desde el inicio de la invasión a Ucrania el gobierno ruso trató de acallar todas las voces de la sociedad civil que tengan que ver con el disenso y han acusado a las personas LGBTIQ+ como agentes del extranjero. Se prohibieron todo tipo de terapias, sean de tratamiento hormonal o psicológicas, y el acceso al cambio de la documentación. Obligaron a las personas trans a disolver sus matrimonios y no les permiten criar niños. La Corte Suprema rusa decretó que el movimiento LGBTIQ+ global es extremista. En 2024 ayudamos a 122 personas a salir de Rusia por estar en situación de peligro. La solidaridad internacional es fundamental", señala la politóloga rusa Dilya Gasfurova, que participa del encuentro virtualmente.
"Una de las primeras demandas de estas personas tiene que ver con el idioma, también damos asistencia legal para la solicitud de refugio y ayudamos en la gestión de las consultas médicas junto a Fundación Huésped y los hospitales Rivadavia y Santojanni. Trabajamos para brindarles tranquilidad ante la situación actual del país y el avance de los discursos de odio, aún cuando nosotros no la tenemos", dice Guadalupe Romero, psicóloga, miembro del equipo de recibida de la Asociación.
Los recientes decretos que modifican la Ley de Migraciones (366/2025) y el Reglamento para la ejecución de la Ley de Refugio en Argentina (646/2025) presentan una serie de cambios que los especialistas miran con especial atención. "Hay que decir que tienen cosas positivas y negativas. A favor, la reducción de los plazos para la resolución de los casos y la simplificación del proceso para personas LGBTIQ+ que vienen de Rusia. Negativo, la instalación de la idea del rechazo in limine, que significa que el agente que toma el caso puede decidir si lo recibe o no. Sabemos que muchas veces la discrecionalidad está atada a estereotipos y eso impacta directamente a la población LGBTIQ+. Hay que tener mucho cuidado con cómo se reglamenta esto y cuál va a ser el entrenamiento de los agentes. Lo que ya es más problemático es que la CONARE comenzó a pedir evidencia sobre la pertenencia al colectivo LGBTIQ+, lo que podría dar lugar a solicitudes que puedan violar el derecho a la privacidad de las personas. El decreto de la Ley de Migraciones también impacta en el acceso a la salud al establecer quienes pueden acceder a prestaciones de forma gratuita, lo que es particularmente importante para la población LGBTIQ+ porque presenta demandas de salud que en otras comunidades no existen, como el acceso a tratamientos hormonales y/o medicamentos retrovirales. Hay que estar atentos", alerta Scuzarello.
Fuente:
