El topo que destruye a la ciencia desde adentro

05.07.2025
Imagen: AFP
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Gracias a las facultades delegadas, el oficialismo modifica la estructura con el objetivo de escoger a sus propias autoridades en el área. De manera subyacente, busca controlar qué se investiga y qué no en Argentina. Las voces de rechazo por parte de la comunidad.   

Por Pablo Esteban

Milei se autoproclamó como el "el topo que destruye al Estado desde dentro", y en esta línea, bien le sienta otra etiqueta: "El tipo que destruye a la ciencia por dentro". Gracias a las facultades que tiene por la Ley Bases, el gobierno apura los últimos cambios para dar el golpe final a la producción del conocimiento en Argentina. Modifica por decreto la composición del comité directivo de la Agencia I+D+i y avanza, así, sobre el sistema de gobernanza del organismo para alinear los trabajos con las prioridades de la Casa Rosada.

Por un lado, efectúa transformaciones para recortar la autonomía de la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación (Agencia I+D+i), uno de los organismos que financia la producción científica en Argentina. Por otra parte, pero en la misma línea, la administración libertaria prepara una modificación similar destinada al Conicet. El objetivo subyacente del gobierno es decidir qué investigarán y qué no los científicos y las científicas de Argentina. Pregona la libertad, pero las formas se asemejan más a la de una dictadura, sobre todo si se tiene en cuenta que, al no poseer un modelo productivo en el horizonte, las modificaciones no son para mejorar el sistema ni mucho menos.

En el caso de la Agencia de I+D+i, el decreto publicado este viernes establece la modificación de su comité directivo. Conformado anteriormente por un presidente y 10 vocales, a partir de ahora pasará a estar constituido por un presidente (que tendrá rango de secretario) y dos directores (cargos ad honorem), elegidos por el Poder Ejecutivo Nacional. Además, otro cambio sustancial es que pasará a formar parte de la órbita de la Secretaría de Innovación, Ciencia y Tecnología, el exministerio que desde que asumió lo único que ha hecho es subejecutar el presupuesto que tenía asignado por ley (sancionada en 2021). Para tener una real magnitud del escenario, la asignación de recursos por parte del Estado en el área científica y tecnológica es menor a la de 2002. Hoy se invierte el 0.15 por ciento del PBI y en aquel momento el 0.17, y según la norma vigente se debería garantizar el 0.45 por ciento.

Hasta diciembre de 2023, los fondos y los subsidios de la Agencia estuvieron destinados a investigaciones vinculadas a la salud, la producción de alimentos, la economía verde, la transición energética y la transición digital. Por ejemplo, el organismo fue una pieza fundamental en la producción de la ARVAC "Cecilia Grierson", la vacuna doméstica desarrollada contra el coronavirus. El párrafo está en pasado porque el financiamiento también es cosa del pasado. Desde que los libertarios están en el poder, no quedó en pie ningún fondo ni forma de financiamiento.

Como siempre, la excusa que esgrimen las voces oficiales cada vez que les toca explicar transformaciones en estas estructuras es que se trata de modificaciones necesarias para agilizar y "eliminar trabas burocráticas". El trasfondo es que, una vez más, el gobierno buscará solo financiar aquella ciencia que brinde réditos económicos, mientras que borrará de un plumazo aquella que no considere redituable.

Voces de rechazo

Ana Franchi, expresidenta del Conicet, refiere en diálogo con Página12: "En el Conicet han circulado diferentes versiones, pero aún no hay nada concreto. Con respecto a la Agencia, lo que hacen claramente es disminuir su importancia. Lo que se debe entender es que se trata del principal financiador de los proyectos de investigación en Argentina". Como comenta Franchi, la Agencia es la institución que administra y garantiza la ejecución de los fondos para promover proyectos de impacto social, a través de la gestión de programas e instrumentos específicos.

En la misma línea que Franchi, el biólogo molecular Alberto Kornblihtt, destaca: "Hace un año y medio que la Agencia no desembolsa fondos a grupos de investigación que obtuvieron subvenciones después de una rigurosa competencia, evaluada por pares y hay 1600 ingresantes a la carrera de investigador del Conicet que el ejecutivo no designa. En esas condiciones, con palpable fuga de cerebros, las modificaciones estatutarias del gobierno parecen tender a solidificar la destrucción de un sistema que costó décadas construir".

La Red de Autoridades de Institutos de Ciencia y Tecnología (Raicyt), que desde que asumió el gobierno libertario tuvo una destacada actividad de movilización y resistencia, publicó un documento que refiere: "Luego de más de un año y medio de gestión inexistente y de haber paralizado todas las líneas de financiamiento de la Agencia (Fontar, Fonarsec, Foncyt) y vaciado su estructura, el Poder Ejecutivo instrumenta este cambio en su gobernanza, perdiendo la misma pluralidad y carácter federal, al solo efecto de vetar la incorporación de voces disonantes en la estructura directiva de un organismo vaciado". Esto es: quieren el control de un organismo que desmantelaron y al que le quitaron sus principales herramientas.

El inmunólogo del Conicet Jorge Geffner, agrega: "En el directorio de la Agencia antes había 10 directores que representaban a las diferentes áreas de conocimiento y eran seleccionados con un criterio federal. Esto que sucede hoy se traduce en un paso atrás enorme. Ahora, los elegirá el PEN y serán apenas un presidente y dos directores, que tendrán coincidencias ideológicas plenas". Y remata: "Este cambio en la gobernanza tiene que ver con evitar posiciones disímiles, con evitar un intercambio de opiniones. Más allá de todo, hoy la Agencia es una cáscara vacía de contenido, todas sus herramientas de financiamiento están suspendidas desde hace rato".

¿La misma desgracia?

Algo similar podría suceder con el Conicet, ya que en los últimos días tomó fuerza la idea de que su directorio, compuesto por representantes de las grandes áreas y campos disciplinares, podría ser modificado. Circularon algunas versiones que indican una ampliación del directorio, para sumar representantes afines al gobierno; así como también hay otras que aseguran un futuro recorte de la cantidad de autoridades y que estas sean puestas a dedo, y no elegidas de manera democrática como en la actualidad sucede. De esta manera, se limitaría la posibilidad de desacuerdos al interior de la dirigencia y el gobierno podría convalidar más ajustes como se le dé la gana.

Pese a que este organismo, según el prestigioso ranking Scimago, continúa siendo "la institución gubernamental" de mayor relevancia en Latinoamérica, el oficialismo se obstina en condenarlo. Despide personal administrativo (clave para que las investigaciones lleguen a buen puerto), al tiempo que paraliza los ingresos de doctores y posdoctores a la Carrera del Investigador Científico. Así, instrumenta una nueva fuga de cerebros.

Kornblihtt, exdirector del Conicet, plantea al respecto: "Sobre los cambios en el organismo todavía no hay precisiones, pero nada bueno parece venir. Sobre la pretensión de decidir sobre qué investigan los científicos en la Argentina, lo que viene haciendo este gobierno en un liso y llano ajuste al cual quiere ahora agregarle la libertad para disciplinar y censurar. Hay una clara intención de desfinanciar a todo el sistema y en especial a las ciencias sociales. Si bien es atendible que un gobierno establezca prioridades, la calidad de la investigación no la pueden ejercer funcionarios que no entienden ni quieren entender nada de ciencia como Genua, Acevedo y Francos". El científico se refiere al secretario y al subsecretario del área, y al ya conocido jefe de gabinete de ministros de la nación.

"El Conicet está cerrado en cuanto a altas. Nadie ingresa a la Carrera del Investigador Científico. Lo están achicando de manera notable, y ello se suma a un deterioro salarial del orden del 40 por ciento en un año y medio. Los salarios son paupérrimos", comenta Geffner. Luego continúa: "Lo que pasa en Agencia, en Conicet y en la Secretaría de Innovación, Ciencia y Tecnología es un combo que está estrangulando al sistema".

Motosierra… a lo que funciona también

El propio Milei, cuando era candidato a presidente, anticipó que privatizaría el Consejo de Investigaciones Científicas y Técnicas. Luego, el legislador Bertie Benegas Lynch apuntó que la intención era cerrarlo directamente. No lo hace, pero casi: entre despidos, renuncias y jubilaciones, se estima que el organismo ha perdido 1500 agentes y no ha habido ninguna sola alta.

Aunque aún no hay nada concreto con respecto al Conicet, para Kornblihtt, no es difícil imaginar cuáles serán los próximos pasos: "Podemos anticipar que según la ideología del presidente Milei, con estos instrumentos se censuren investigaciones sobre cambio climático, biodiversidad, temas de género o quizás se considere impropios de ser financiados la historia, la arqueología y la paleontología, a la sazón, disciplina estrella de nuestro país, porque no producen bienes de mercado", sostiene. Algo similar sucedía durante el macrismo, época en la que también el discurso oficial buscaba bajarle el precio a las investigaciones con el objetivo de allanar el camino para poder meter la tijera.

Las modificaciones en la Agencia y las que se preparan en Conicet, van en la misma línea de las que se deslizan para otros organismos científicos y tecnológicos, como el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) y el Instituto Nacional del Agua (INA), entre otros. En estos casos, el gobierno dicta decretos mediante los cuales los fondos pasan a estar administrados de manera centralizada por los diferentes ministerios, y ya no dependen de estos organismos como entes con libre de disposición para invertir y planificar en lo que consideren.

El gobierno se ensaña, asimismo, con las universidades nacionales, que están desfinanciadas desde la asunción del elenco libertario y resisten como pueden, como fuga de docentes y problemas de todo tipo. Aunque todo el tiempo Milei hable de "cuidar la caja" y de defender a rajatabla el déficit cero, observa en la ciencia y en las aulas el principal obstáculo para lo que en verdad le preocupa: ganar la batalla cultural.  

Fuente:

https://www.pagina12.com.ar/839557-el-topo-que-destruye-a-la-ciencia-desde-adentro