Encuesta muestra el impacto del escándalo que sacude la campaña

Una encuesta pone a la corrupción en la cima de las preocupaciones: ya supera a la inflación y pega de lleno en la campaña de Milei y Bullrich.
La corrupción desplazó a la inflación y la pobreza en el ránking de preocupaciones ciudadanas. Así lo revelan los últimos sondeos, que muestran cómo el caso Espert y otros escándalos oficiales reconfiguraron la campaña electoral.
El efecto Espert y el terremoto político
La denuncia contra José Luis Espert terminó de instalar la corrupción en el centro de la agenda. Según un estudio de las consultoras Trezpuntozero y La Sastrería, el 43,3% de los consultados considera que es el principal problema de la Argentina, incluso por encima de la inflación, la pobreza o la inseguridad.

El impacto golpea directamente en la base electoral de Javier Milei y Patricia Bullrich. La candidata porteña incluso tomó distancia de Espert y le exigió explicaciones públicas, en medio del malestar que crece en el oficialismo.
Los números detrás de la encuesta
El relevamiento conjunto de trespuntozero, dirigida por Shila Vilker, y La Sastrería, de Raúl Timerman, refleja una tendencia en alza desde comienzos de año, cuando estalló el escándalo de la criptomoneda Libra.
En la medición de septiembre, la corrupción alcanzó el 43,3%, duplicando el registro de inicios de gestión y superando al bloque económico (41,7%), que suma pobreza (18%), inflación (10,3%), desocupación (5,6%), salarios bajos (5,6%) y tarifas (2,2%).

El dato más llamativo: la corrupción lidera el ránking incluso entre los menores de 30 años (40,7%), un segmento clave donde Milei mantiene su mayor nivel de apoyo.
Cómo pega en los distintos sectores sociales
Los porcentajes más altos aparecen en los sectores más pobres, con un 57,3%, y entre quienes viven fuera del Área Metropolitana (47%).
"Se consolida una tendencia: la percepción de que la corrupción de la dirigencia impide resolver los problemas económicos", explicó Vilker.
Los consultores remarcan que no se trata de un abandono de la agenda material, sino de una convicción muy instalada –y que Milei reforzó en campaña– de que el principal obstáculo para salir de la crisis es la corrupción en la política.
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