Suelos degradados, el gran problema

21.09.2025

La tierra en la Argentina sufre, desde hace décadas, un proceso de deterioro de sus propiedades. El clima y una gestión deficiente en la lupa.

Los suelos productivos de la Argentina enfrentan, desde hace décadas, un proceso de degradación de sus propiedades naturales que tiene que ver no solo con el clima, sino también –y sobre todo– con una gestión deficiente que carece de una mirada integral y de largo plazo. Casi el 70% del territorio nacional está clasificado como árido, semiárido o subhúmedo, y se estima que unas 100 millones de hectáreas presentan algún proceso de degradación por erosión hídrica, eólica o biológica asociada al menos en parte con malas prácticas productivas como el sobrepastoreo, la deforestación y los incendios intencionales, entre otros.

Sobre todo esto se habló en la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Rosario, en el marco de la jornada de sensibilización y capacitación «El suelo en agenda: comunicar para conservar», durante la cual profesionales de esa disciplina analizaron pasado, presente y futuro del gran insumo nacional: la tierra. Según el ingeniero agrónomo Fernando Martínez, quién puso el foco en la historia del uso de los suelos en Argentina, su degradación constante es una problemática «que no está en la agenda pública» a pesar de ser «urgente». Por su parte, Sergio Montico, docente titular de la cátedra de Manejo de Suelos, explicó que hasta dos tercios de los suelos argentinos presentan algún tipo de degradación: «El 32% de la Argentina y el 42% del territorio santafesino padecen problemas graves de erosión hídrica». El también ingeniero agrónomo Mario Monti planteó los desafíos futuros de la conservación de suelos, algo que despierta enormes interrogantes a nivel global: «Hoy es un tema importante en todo el mundo. Hay que repensar políticas públicas para no seguir dañando el suelo», dijo el especialista.

Efecto dominó

Para Montico, Argentina tiene un problema «grave» de erosión, tanto hídrica –en la región pampeana norte– como eólica –en el sur del país–. «Esto genera problemas productivos y ambientales porque se deteriora el suelo y disminuye tanto su capacidad productiva como su posibilidad de brindar servicios ecosistémicos». «No estamos bien a la hora de hablar de conservación de los suelos, salvo algunas honrosas situaciones donde hay organizaciones y productores que hacen bien las cosas», dijo. En la zona núcleo agropecuaria, el corazón agrícola histórico (provincias de Santa Fe, Córdoba, Entre Ríos, Buenos Aires y La Pampa) las problemáticas más serias están vinculadas con la erosión hídrica, la pérdida de carbono, la falta de rotación de los sistemas de producción, la compactación y la pérdida de biodiversidad, todas limitantes «que se están intensificando» y que, en algunos casos, se han podido detener o revertir a partir de mejores prácticas tecnológicas y de manejo.

«Es un efecto dominó: cuando un suelo no está en buenas condiciones, genera otros problemas importantes: tiene poca capacidad de dragado, poca porosidad, no inflitra bien, no genera reservas y por el contrario favorece las inundaciones. El problema va mucho más allá del alamabrado de cada uno, falta mirada y acción a nivel territorial amplio», explicó Montico.

Fuente:

https://accion.coop/pais/sociedad/suelos-degradados-un-problema-nacional/